Tengo que confesar que nunca he sido una gran fan de las flores hasta que no puse un pie en la Toscana y las vi día sí, día también mirara donde mirara. ¿Sabéis la típica frase "regálale flores"? Pues conmigo nanai, es más, las odiaba.

No se si es porque desde pequeña tanto mi madre como mi abuela han sido unas locas de las flores y de tanto verlas las acabé cogiendo manía o por qué, pero hasta hace tres meses no hubiera puesto un jarrón en mi casa ni loca.

Afortunadamente, las situaciones cambian y no sabes ni cómo pero te ves a ti misma de camino a una floristería a comprar una planta o unas flores para decorar un rinconcito que te está pidiendo naturaleza a gritos. Me encantan los bodegones de este estilo, sobre todo para salones, dormitorios, despachos y, por supuesto, para bodas. Todos sabemos el inconveniente de las flores naturales, duran dos días, por eso recomiendo comprar artificiales y sin duda de Sia, son auténticos maestros en esto. 

Como siempre, para que sepáis de lo que hablo, os dejo con unas imágenes. ¡Ah! se me olvidaba, ahora mis favoritas son las orquídeas, supongo que de tanto verlas en catálogos y revistas de diseño.

¡Feliz viernes y fin de semana!