Hace mucho que no os hablo de decoración o que no os muestro proyectos propios porque no siempre se puede, pero a veces sí. Hoy es uno de esos días.

En esta ocasión se trata de una oficina para una empresa nueva con una idea joven con lo que la imagen tiene que ser fresca y dinámica, nada aburrida y lejos del concepto de una oficina tradicional. Es un proyecto que no está terminado pero le queda muy poquito y esta vez, os voy a enseñar un poco del proceso hasta llegar al resultado.

El proceso de diseño de cualquier proyecto es muy parecido sea del tipo que sea (vivienda, comercial, administrativo...) al final, con los años, he acabado repitiendo un patrón con el que me organizo bastante bien y los resultados son satisfactorios. Más o menos la secuencia es: toma de medición, listado de necesidades, propuestas de distribución e imágenes de inspiración generales, que es lo que os voy a contar hoy, y por último desarrollo del proyecto (os lo contaré los próximos días).

En este caso el mismo espacio tienen que ser zonificado en tres áreas que van a convivir juntas pero no revueltas, es decir: diferenciadas pero no divididas por elementos de separación vertical (tabiques, mamparas...). No es una oficina muy grande, con lo cual, con una buena zonificación ya va a quedar claro para qué es cada espacio.

Estas zonas son: Trabajo, Estar/Recibir y Reuniones y, entre todas las necesidades, destacaba la del almacenamiento, al más puro estilo de reality de Divinity :D. En base a esto y con las medidas tomadas, les planteé estas dos opciones de distribución.

Opción 1: Almacenaje en esquina y unificado, pequeño office/cafe dividiendo la zona de reuniones  y de trabajo. Estar/recibir compartiendo espacio con trabajo.

¿Cuál creéis que ha sido la ganadora?

El siguiente paso fue elegir el estilo estilístico que iba a tener la oficina, es decir, lo que iba a entrar por los ojos; para ello seleccioné una serie de fotografías de espacios, que son las que os enseño a continuación (faltan muchas, tampoco es plan de saturar :D).

Yo tenía claro el "rollo" que quería darle: potenciar mucho la luz que había y que estaba desaprovechada y crear un espacio en el que "trabajar" fuera algo ameno, que te dieran ganas de estar ahí. Para ello, me basé en la idea de la naturaleza; fibras naturales, madera, vegetación, etc. Un entorno puro, cómodo, limpio y tranquilo. Como una imagen vale más que mil palabras, os abandono ya con un poquito de inspiración ¡que nunca viene mal!

¿Qué os ha parecido? ¿Os ha gustado la primera entrega?

¡Feliz miércoles!