Por fortuna de la vida y "de rebote" ha llegado a mis manos lo que los franceses denominan "petit apartament", un piso enano de los de toda la vida. Menos de 65m2 que poco a poco se irá convirtiendo, o eso esperamos, en nuestra futura casa. No es la casa de nuestros sueños pero para ser "la primera" no nos podemos quejar. Además las ventajas que trae consigo hacen que tengamos muchísimas ganas de convertirlo y llamarlo "hogar".

La única desventaja es que no puedo hacer obra grande; nada de tirar tabiques, cambiar azulejos o quitar el gotelé (snif, snif) pero el lavado de cara que ya tengo perfectamente diseñado en mi cabeza (y en autocad) va a ser un cambio más que significativo. 

El apartamento consta de dos habitaciones, baño, cocina, salón y recibidor. Como nuestra economía no es tan buena como nos gustaría tenemos que empezar a priorizar estancias y por ello comenzaremos por el dormitorio principal. El otro acabará siendo (algún día) un vestidor- estudio.

A pesar de que tanto mi churrito como yo somos altos, nuestro dormitorio es tamaño liliputiense, por este motivo va a haber cuatro muebles contados, eso sí, aprovechando el  poco espacio al máximo. La cromática de todo el conjunto va a ser la uniforme con pequeñas variaciones de tono; blanco nórdico, perlados, huesos, calizas y similares. No tiene mucha iluminación natural por eso necesito potenciarla al máximo.

Muy a mi pesar, este futuro proyecto "adulto" significa que mis visitas al Imperio Amancio y las suelas rojas anuales se verán reemplazadas por innumerables visitas a Ikea, Zara home, Leroy Merlin, Maisons du monde y similares. Pero, como ya dice el refrán "sarna con gusto no pica".

Para no aburrir más, os dejo con unas fotos de inspiración de dormitorios para que os hagáis una idea de lo que tengo en mente. El resultado final se verá en unos meses ya sabéis; las cosas de palacio van despacio. 

¡Feliz miércoles!