LIBRERÍA LELLO
Es probablemente la librería más famosa de toda la península Ibérica y cuenta la leyenda que en su archifamosa escalera se inspiró J.K. Rowling para escribir los libros de Harry Potter que, por cierto, no he leído. La autora, según tengo entendido, a veces reniega de esta historia y otras parece que no tanto. A saber.
¿Cómo se accede a la librería más famosa de Oporto? Pagando, evidentemente. Pero ojo, que tiene truco; hay dos formas de hacer las colas.
La opción barata es pagar algo menos de 6€ y esperar la cola, que tiene el tamaño de la del Dragon Khan. El tiempo medio de espera es de tres horas, excepto si madrugas a las 6am para ser el primero. Es de locos, pero real. Nosotros intentamos hacer esta opción pero era inviable, fuera la hora que fuera, la cola era kilométrica. Ni que fueran unas rebajas de Manolo Blahnik!
La opción cara es comprar un fast-pass, lo dicho; como en Port Aventura, cuesta 16€ por persona y entras esperando una cola menos kilométrica. Decidimos ir pronto y fuimos los primeros en la cola, a las 9am (la librería abre a las 10am) y gracias a esto, pudimos hacer un montón de fotos antes que entraran los siguientes. El tiempo de estancia en el local es de una hora aproximadamente pero nadie lo controla. Lo bueno de esta opción es que los 16€ de la entrada se convierten en un vale PERO sólo sirven para libros editados por la librería. En castellano hay unos diez títulos entre ellos se encuentran "El arte de la guerra" "El principito" "Alicia en el país de las maravillas" "El Quijote" y el resto no recuerdo. Nosotros nos llevamos los dos primeros. Eso sí, estos libros son ENANOS, no miden más de 12cm.
La gran pregunta del millón ¿Merece la pena? Para mi, que no soy fan de HP, sí mereció la pena. Tengo un amor especial por las librerías y, aunque esta me parece que se ha ido de madre, la verdad es que arquitectónicamente, tanto en el interior como en el exterior, era espectacular.
¿Por qué hay que pagar? Según nos comentó un guía, cuando se extendió la historia de que era "la librería de HP" se convirtió en uno de los puntos más turísticos de la ciudad, donde la gente entraba a lo loco, no compraba nada y empezó a no ser rentable, hasta el punto de plantear su cierre. Llegados a ese punto, alguien tuvo la brillante idea de convertirlo en una especie de museo de pago y ¡Et Voliá, funcionó!
Ahora bien, si os dan igual tanto HP como la arquitectura, mejor ahorrad ese dinero y gastadlo en una buena Francesinha con postre, of course.
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