Bienvenidos a uno de los proyectos que realicé en 2018. Se trata de dos dormitorios de una misma vivienda y están conectados porque, una de las condiciones era mantener todos los muebles de una de las habitaciones. Tenían historia familiar y mucho valor sentimental, por lo que se no iban a abandonar la casa (léase con voz de Gran Hermano).

No siempre es necesario deshacerse de todo para cambiar un espacio. A veces, con cambiar textiles, el orden, sustituir algún mueble o pintar, es más que suficiente. Evidentemente, el cambio es mayor cuanto más se modifique, pero también es lo fácil ¿no? y yo soy más de retos.

Los muebles que tenía que "reutilizar" eran dos camas (iguales), mesilla y escritorio. El escritorio tipo secreter me había robado el corazón desde la primera vez que lo vi, me encantan este tipo de muebles, y ya tenía claro dónde lo iba a poner; pero el resto ¿cómo re-colocaba el resto?. 

Lo primero a tener en cuenta siempre son las necesidades; dos dormitorios para cuatro personas. En un principio, en ambos había dos camas pero una de las habitaciones tenía que convertirse en matrimonial, por lo tanto, las dos camas se quedaban en su sitio. ¡Bingo! secreter y camas adjudicados, sólo quedaba la mesilla que, por descarte, iba a la habitación de matrimonio (os la enseñaré el próximo día).

El estilo lo definieron el ambiente (ventanas con vistas a las montañas) y los muebles que tenía que mantener (madera oscura y muy clásicos). Estaba claro que tonos azul bebé, blancos y corales, con adornos marineros no pegaban así que preparé un moodboard como si fuera Saint Moritz que tuvo un ¡sí! rápido y casi, casi, un botón dorado (al más puro estilo got talent).